
Vivían a pocas cuadras de distancia así que se pasaron a buscar y luego se dirigieron hacia la casa de Ester, otra amiga, que no las podía acompañar porque estaba enferma. Carecían de automóvil. Lo que se ha contado hasta ahora es de las pocas cosas seguras de este caso, como también que jamás entraron a esa discoteca.
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El juicio contra Ricart empezó el 12 de mayo de 1997. La sentencia estaba basada exclusivamente en su primera declaración, en la cual confiesa los crímenes de María Teresa Deseada Hernández Folch, conocida como Desirée, de 14 años de edad, junto con sus amigas, Miriam García Iborra, también de 14 años, y Antonia Gómez Rodríguez, de 15 años. Pero no hay una sola prueba independiente de la confesión de Ricart que confirme uno solo de los hechos que este relata en esa primera declaración.
Miguel Ricart fue condenado a 170 años de prisión por rapto, violación y asesinato con los agravantes de despoblado y ensañamiento. El 29 de noviembre de 2013 salió en libertad. Antonio Anglés sigue prófugo.