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Se espera que las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de julio y agosto sean un “shock” para la Casa Rosada y la cartera de Economía, que intentará surfear esta ola con un bono a jubilados y medidas que generen tranquilidad en la macroeconomía.
Cerca del jefe de Hacienda entienden que la inflación bajará si se le otorga tranquilidad a los mercados y se corrigen los actuales desfasajes de subsidios, gasto público y el dólar. Se estima que el índice de julio -que se conoce el jueves 11- supere el 7%, según estimaciones privadas. Si bien Massa no es responsable directo por ese dato, le coloca más presión de cara a los próximos meses.