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Cómo responder a una persona grosera sin ser grosero

    5 formas de enseñar (respetuosamente) su conflicto No lo lleve a cabo personal. Evite descartar las ideas y opiniones de la otra persona. Utiliza frases en primera persona (I) para hacer llegar de qué forma te sientes, qué piensas y qué deseas o precisas. Escuche el criterio del otro. Sostenga la tranquilidad.

    ¿A quién no le sorprendió un comentario o una contestación incómoda, muy inoportuna, dura o desapacible?

    Si solamente conoces a tu interlocutor, podrías meditar que se confundió o que el día de hoy no es su día. Pero si es alguien con quien vives, trabajas o ves con frecuencia, ese tono o comentario grosero se interpreta como una grosería que aun puede tensar la relación.

    Tiene una reacción con amabilidad

    No dejes que los maleducados te hagan contestar con mucho más de lo mismo. De las mejores formas de desviar el accionar negativo es sostenerse positivo y amistoso. Esto le da a la otra persona la posibilidad de calmarse y cambiar su accionar al tuyo. La amabilidad puede ser un enorme antídoto contra los pésimos modales.

    Enseñar amabilidad a alguien que fué grosero contigo o insultar a otros es realmente difícil, pero ofrecer ejemplo de accionar relajado y cortés puede invitarlos a proseguirte. Si eso no marcha, siempre y en todo momento puedes irte a sabiendas de que no has bajado tus estándares ni añadido rudeza a la situación, pero has mantenido el control.

    Conclusiones

    Bueno, ¿qué nos queda? ¿De qué forma puedes «batallar» la rudeza entonces? Aún nos queda bastante por llevar a cabo… Primero, no ingresar en esa corriente de irrespeto.

    De igual forma, tenemos la posibilidad de comenzar incorporando estas tres expresiones mágicas a nuestro diccionario personal. Estos son: «gracias», «disculpe», «disculpe». Suenan como un antídoto; no te arrepentirás de emplearlos. Ayudemos a batallar las groserías, desde la “trinchera” de la amabilidad y las buenas formas, pero siempre y en todo momento realizando servir nuestros derechos y valores como personas.

    “Gracias”.

    Agradecer semeja simple, pero puede cambiar el rumbo de la charla. Puede enseñarle a la otra persona que no está enojado y desarmarla, en tanto que con frecuencia espera ocasionar y también irritar a sus víctimas.

    Ser cortés quiere decir que reconoces el accionar grosero de la otra persona y has decidido no permitir que te afecte.

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