El propósito del plan de Dios es ofrecernos felicidad eterna. Cuanto mucho más comprendemos Su plan, mucho más nos ofrecemos cuenta de que no tenemos la posibilidad de regresar solos a Su presencia.
Me resulta interesante bastante que todos nosotros sepa cuál es la intención de Dios para nuestra vida. Alguien podría decir: “Eso es simple, sé que Dios tiene una intención buena, interesante y idónea para mí; almacena tu palabra.” Y eso está realmente bien, pero esa es la intención que está redactada en su Palabra.
De qué manera saber el propósito de Dios en nuestras vidas
La vida tiene muchas misiones y objetivos que lograr, pero ¿cuál es el propósito de Dios para nuestras vidas?, en ocasiones estamos tan confundidos y no entendemos qué llevar a cabo, semeja que todos tienen algo que llevar a cabo, ¿pero nosotros?
La Biblia nos comunica que Dios tiene un plan para todos nosotros (Jeremías 29:11) Él nos conoce mejor que absolutamente nadie y sabe lo que requerimos para cumplir Su propósito para nuestras vidas. El propósito de Dios para nosotros:
Un fallo común al intentar conocer cuál es mi auténtico propósito en la vida es limitarlo a un fácil sueño, meditar y no accionar.
Entre las cuestiones todos nos preguntamos en la vida ¿por qué razón estoy aquí? ¿i? lo que acostumbra llevarnos a cuestionarnos, ¿por qué razón hago lo que hago? Y esta pregunta no debería representar ningún inconveniente, el inconveniente aparece en el momento en que pasamos años y años sin responderla, al punto que empezamos a vivir en conduzco automático, de súbito cumpliendo sueños que teníamos, alcanzando misiones que nos planteamos o sencillamente satisfaciendo nuestro ego. día a cada día. Ser millonario, habitual, todas y cada una estas cosas son solo sueños o deseos que no te van a dar ningún concepto en el momento en que los realices. Entender verdaderamente el propósito es lo que te puede asistir a fin de que, en el final, no llegues a la cima para ofrecerte cuenta de que pusiste tu escalera en la pared equivocada. Quisiera que llegues en el final de este producto y sepas las herramientas que te asistirán a solucionar esto. Este producto tiene un enfoque católico, pero si bien no lo seas, te va a ser de utilidad para tu vida.
A lo largo de varios años planeé y me preparé para un sueño que pensaba que era mi propósito: ser Presidente de la República. Suena cliché pero es cierto. No obstante, en el momento en que mi mujer y yo nos llega el llamado de dedicarnos al servicio de tiempo terminado en la Iglesia, empecé a entender algo: jamás puedo limitar mi propósito a un sueño oa una misión. Comprendí que ser presidente, ser pastor, trabajar en la iglesia, no eran propósitos, por el hecho de que un día podría decir «bueno, soy pastor, ¿en este momento qué?» o quizás “OK, fui presidente, ¿en este momento qué?”. Con todo lo mencionado llegamos a una conclusión con Dios: deseamos que nuestro propósito sea llevar a cabo la Intención de Dios. Este es nuestro punto de inicio para todo cuanto soñamos realizar. Al final, Pablo nos enseña en 1 Corintios diez:31 que cualquier cosa que hagamos, debemos llevarlo a cabo para la gloria de Dios.