Saltar al contenido

Cómo saber si una persona tiene un don espiritual

    Revela tus dones Solicita a otros que te lo hagan entender. Busca tus dones en la adversidad. Ore por asistencia para admitir sus dones. No poseas temor de evaluar novedades. Busca la palabra de Dios. Mira fuera de ti. Piensa en la gente que admiras. Piensa en tu familia. ¿Mas cosas?

    Prácticas que asisten

    Según el monje budista José L. Díaz de Villegas, hay prácticas que nos tienen la posibilidad de contribuir a cultivar nuestras habilidades para bueno común.

    Una de ellas, enseña, es dejar que la atención duerma bien en la respiración y toda vez que se distraiga, dejar que vuelva a ella, sin evaluar ni comentar. “Mientras que haces esto, ves tu actividad mental y de qué forma crea una sensación de un yo separado, que sentimos que debemos resguardar por todos y cada uno de los medios. Conforme se afloja el control de ese yo, la claridad y la amabilidad que siempre y en todo momento estuvieron allí empiezan a emerger”, añade.

    ¿De qué forma sabes si tienes un don espiritual?

    Hay cosas que son sencillamente incomprensibles y es exactamente en el momento en que suceden que andas recibiendo mensajes que, quizás, todavía no puedes interpretar. Quizás sea uno de tus conocidos cercanos el que está cerca de ti aun tras la desaparición, conque abre la puerta a este y otros poderes:

    • Sabes lo que la otra persona está pensando. Se habla del don de la telepatía y es rarísimo. En ocasiones aun puedes acertar lo que la otra persona está a puntito de decir. Ejercita esta capacidad con un amigo, cada vez va a ser mucho más simple.

    ¿De qué manera sé si tengo el don de sanidad?

    El don de sanar es un don muy particular que muy realmente pocas personas tienen. Se precisa mucha paciencia y entendimiento para lograr contribuir a alguien a sanar. Este producto cubrirá ciertas formas de entender si tienes el don de sanidad.

    1. Sientes una empatía extrema hasta el punto de sentir conmuevas y experiencias a nivel físico, con experiencias en tu cuerpo de opresión o aun mal.
    2. Varios comentan que se sienten reconfortados y relajados en el momento en que pasan tiempo contigo.
    3. La gente que te cubren pocas veces se enferman.
    4. Tienes inconvenientes de ansiedad ahora ocasiones accesos de pánico.
    5. En ocasiones tienes inconvenientes con cambios de humor inesperados y muy marcados.
    6. Tiendes a meditar en de qué manera arreglar la vida del resto.
    7. Tienes un fuerte deseo de contribuir a el resto, de manera frecuente a cargo de tu beneficio o pretensiones.
    8. Trabajas en algo relacionado con la salud: psicología, medicina, terapia ocupacional, rastreo terapéutico, consejería, quiropráctica u otros.
    9. Tienes antecedentes de sanaderos en tu familia. Tus progenitores, hermanos, abuelos, bisabuelos, etcétera… están o estuvieron vinculados al arte de sanar o una profesión similar.
    10. Con frecuencia experimenta un estado alto de conciencia en sitios públicos (como «mariposas en el estómago» o contrariedad para respirar).
    11. Entras en una habitación y también en el instante te percatas de si hubo alguna riña o conflicto allí antes que entraras.
    12. Eres esa persona donde la multitud busca consuelo en instantes bien difíciles o para solucionar inconvenientes y siempre y en todo momento ayudas en esos casos.
    13. Sientes que el resto te ponen sus inconvenientes a fin de que los resuelvas. De manera frecuente llegas exhausto en el final del día, singularmente en los días en los que interactúas bastante socialmente.
    14. Sientes que tienes una afinidad particular con los animales.
    15. Los pequeños pequeños y los animales siempre y en todo momento se aproximan a ti, si bien sean tímidos con otra gente, se aproximan a ti.
    16. Personas que no conoces cuentan toda su historia sin que les preguntes nada.
    17. Otros te solicitan que te rasques la espalda o los hombros y eres bueno dando masajes.
    18. Disfrutas que el resto se sientan cómodos en el momento en que te visitan en el hogar.
    19. De manera frecuente te sientes abrumado por la proporción de compromisos que hiciste para contribuir a el resto.
    20. De forma frecuente siente mal en los hombros y el cuello.
    21. Tus amigos y compañeros de trabajo te consultan de manera frecuente sobre resoluciones a tomar similares con el cariño o tus nuevos proyectos.
    22. Escoges llevar a cabo ejercicio al aire libre: caminar, correr, realizar yoga en contacto con la naturaleza, por el hecho de que sientes la necesidad de respirar aire puro para tranquilizarte y recargar energías.
    23. Te resultan de interés los temas relacionados con la espiritualidad y los métodos alternos de curación, como el reiki, el chamanismo, la cromoterapia y otros.
    24. De forma frecuente siente ardor, picazón o ardor en las palmas de las manos.
    25. Te gustan las piedras de cuarzo y los cristales por su hermosura y potencial curativo.
    26. Con frecuencia tienes problemas o inconvenientes digestibles.

    ¿Cuál es mi don espiritual?

    Más allá de que tengo un propósito noble al intentar saber cuál es mi don, la mejor forma de preguntarnos sobre nuestros dones es cuestionarnos sobre nuestras capacidades para ser útiles en la iglesia. En otras expresiones, en vez de preguntar «¿Cuál es mi don espiritual?», una mejor pregunta es «¿De qué forma puedo ser útil a mi iglesia?»

    ¿Por qué razón Dios te llama a realizar algo?

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *