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Cuál es el fruto del don de la fortaleza

    Don de la fuerza: Nos asiste a sobrepasar las adversidades y tentaciones de la vida diaria. Hace estable la fe y no deja que el católico se asuste frente a las amenazas del malvado y sus persecuciones. Concédenos plena seguridad en Dios nuestro Padre. Don de tener miedo a Dios: Tener temor de Dios es no tenerle temor.

    Diez días tras la ascensión de Jesucristo, el Espíritu Santurrón descendió sobre los apóstoles, como Cristo les había prometido (Lc 24, 49); 50 días tras su resurrección, coincidiendo asimismo con una vieja celebración, conmemorada en el Viejo Testamento, para el desenlace de la siega (Dt 16, 9-diez).

    Desde ese momento, los cristianos disfrutamos de la protección del Santurrón Paráclito, que mantiene nuestra vida ética con sus dones, que nos hacen obedientes a continuar las inspiraciones del Espíritu Santurrón (Cat. 1830).

    El don de la sabiduría

    El don de la sabiduría pertence a los siete dones del Espíritu Beato nombrados en el Catecismo de la Iglesia Católica. Los dones del Espíritu Santurrón nos asisten a vivir según la intención de Dios y nos dan la felicidad que se requiere para soportar las tendencias pecaminosas de todo el mundo, la carne y el demonio. El don de la sabiduría nos guía a buscar la realidad y nos asiste a entender y querer las cosas según los designios de Dios. Los frutos del don de la sabiduría son: 1) Humildad; 2) Paz; 3) Amabilidad; 4) Longanimidad; 5) mansedumbre; 6) Fe; 7) Continencia; 8) Castidad.

    El don de la sabiduría se encuentra dentro de los siete dones del Espíritu Beato enumerados en el Credo de los Apóstoles. Según el Credo, el Espíritu Beato inspira a los cristianos a continuar la intención de Dios y buscar la realidad. La sabiduría es la virtud que nos deja discernir la realidad de la patraña, el bien del mal. Los cristianos pensamos que la sabiduría es un don de Dios que nos asiste a entender su intención y vivir según con sus enseñanzas.

    ¿Cuáles son los frutos del Espíritu Santurrón?

      1. Fruto de la Caridad: es lo que deja a cada hombre ver la felicidad de Dios en otra gente, llevándolo a asistirlas desinteresadamente, si bien signifique un sacrificio tipos.
      2. Fruto de la Alegría: es el que alumbra el alma de todo hombre, llenándola de amor y motivación para ser feliz y busca trasmitir ese sentimiento a otra gente. Este fruto transporta al hombre a ser satisfactorio en su ambiente, progresando la comunicación con el resto y con Dios.
      3. Fruto de la Paz: es el que ofrece tranquilidad a los hombres, ayudándolos a sostener la tranquilidad en los instantes desfavorables que tienen la posibilidad de modificar la alegría o perturbar el alma de la persona, llenándolos de alegría y solidez en todos y cada uno de los instantes.
      4. Fruto de la Paciencia: es el que deja al hombre sostener y supervisar su estado anímico y carácter, moderando la tristeza y eludiendo sentimientos de resentimiento o venganza que logren producirse en situaciones desfavorables. Este fruto estimula las relaciones entre personas y incentiva el sentido de perseverancia del hombre, eludiendo quejarse de las adversidades presentes y provocando motivación para combatir con lo que tanto quiere.
      5. Fruto de la paciencia: es lo que deja al hombre mantenerse sereno frente a las adversidades que se le muestran en la vida, eludiendo quejarse de los inconvenientes y aceptándolos como prueba para proseguir y preservar la vida. Este fruto fomenta la valentía de todo hombre frente al padecimiento o los inconvenientes, dándole la aptitud de sostener la tranquilidad y aguardar la clemencia de Dios.
      6. Fruto de la Benignidad: es el que fomenta la paciencia y la amabilidad en los hombres, eludiendo discusiones sin ningún sentido que logren perjudicar las relaciones entre personas. Este fruto entrega al hombre la aptitud de hacer llegar y discutir ideas con sabiduría, sin ofender ni atacar a el resto, en tanto que incentiva la tolerancia y la amabilidad, sin tener en cuenta todo rencor o resentimiento.
      7. Fruto de la Amabilidad: es lo que impulsa al hombre a asistir al prójimo y también involucrarlo en buenas proyectos para prosperar su historia, eludiendo condenar o criticar a la gente por sus acciones, sean buenas o no. Es considerado el resultado de la amabilidad, pero de forma mucho más señalada para esos que precisan asistencia para socorrer su alma o pasan por pésimos instantes.
      8. Fruto de la Mansedumbre: es el que fomenta la sumisión y la humildad, prestando asistencia a eludir o moderar las acciones violentas y la furia. Este fruto se enfrenta a los sentimientos de odio, resentimiento o furia, prestando asistencia a eludir pensamientos vengativos o pésimos deseos contra otra persona.
      9. Fruto de la Fe o Lealtad: es lo que te ofrece el impulso de proteger tus opiniones públicamente sin importar un mínimo los comentarios de otra gente pues no sientes vergüenza de Dios ni temor de presentarlo como tu salvador. Este fruto es aporta un beneficio para la fe y admitir las acciones divinas, apropiándose de ellas sin dudar de su certeza, si bien no logren ser percibidas.
      10. Fruto del pudor: es lo que deja al hombre ser sutil y valorar sus acciones para no caer en pecado u ofender a otra persona, eludiendo pensamientos o acciones indecentes y vulgares que logren perjudicar el alma y con esto la relación con Dios.
      11. Fruto de la Templanza o Continencia: es el que deja al hombre eludir todas y cada una aquellas acciones de lujuria o exitación terrenal, como comer, tomar y entretenerse en demasía. Este fruto contribuye a sostener en orden las acciones del hombre, sin abusar de la independencia para gozar de los bienestares terrenales que llevan a la lujuria.
      12. Fruto de la Castidad: es lo que deja al hombre ser casto y sostener su pureza en lo que se refiere a la sexualidad ahora los deseos terrenales de la carne y sus derivados. Este fruto deja una relación íntima con Dios, asegurando un corazón limpio al reflejar un santuario vivo del Espíritu Beato.
    1. Fruto de la Caridad: es lo que deja a cada hombre ver la felicidad de Dios en otra gente, llevándolo a asistirlas desinteresadamente, aun si eso significa representar un sacrificio personal.
    2. Fruto de la Alegría: es el que alumbra el alma de todo hombre, llenándola de amor y motivación para ser feliz y busca trasmitir ese sentimiento a otra gente. Este fruto transporta al hombre a ser interesante en su ambiente, progresando la comunicación con el resto y con Dios.
    3. Fruto de la Paz: es el que ofrece tranquilidad a los hombres, ayudándolos a sostener la tranquilidad en los instantes desfavorables que tienen la posibilidad de modificar la alegría o perturbar el alma de la persona, llenándolos de alegría y solidez en todos y cada uno de los instantes.
    4. Fruto de la Paciencia: es el que deja al hombre sostener y supervisar su estado anímico y carácter, moderando la tristeza y eludiendo sentimientos de resentimiento o venganza que logren producirse en situaciones desfavorables. Este fruto estimula las relaciones entre personas y incentiva el sentido de perseverancia del hombre, eludiendo quejarse de las adversidades presentes y provocando motivación para combatir con lo que tanto quiere.
    5. Fruto de la paciencia: es lo que deja al hombre mantenerse sereno frente a las adversidades que se le muestran en la vida, eludiendo quejarse de los inconvenientes y aceptándolos como prueba para seguir y preservar la vida. Este fruto fomenta la valentía de todo hombre frente al padecimiento o los inconvenientes, dándole la aptitud de sostener la tranquilidad y aguardar la clemencia de Dios.
    6. Fruto de la Benignidad: es el que fomenta la paciencia y la amabilidad en los hombres, eludiendo discusiones sin ningún sentido que logren perjudicar las relaciones entre personas. Este fruto entrega al hombre la aptitud de hacer llegar y discutir ideas con sabiduría, sin ofender ni atacar a el resto, en tanto que incentiva la tolerancia y la amabilidad, sin tener en cuenta todo rencor o resentimiento.
    7. Fruto de la Amabilidad: es lo que impulsa al hombre a asistir al prójimo y también involucrarlo en buenas proyectos para prosperar su historia, eludiendo condenar o criticar a la gente por sus acciones, sean buenas o no. Es considerado el resultado de la amabilidad, pero de forma mucho más señalada para esos que precisan asistencia para socorrer su alma o pasan por pésimos instantes.
    8. Fruto de la Mansedumbre: es el que fomenta la sumisión y la humildad, prestando asistencia a eludir o moderar las acciones violentas y la furia. Este fruto se enfrenta a los sentimientos de odio, resentimiento o furia, prestando asistencia a eludir pensamientos vengativos o pésimos deseos contra otra persona.
    9. Fruto de la Fe o Lealtad: es lo que te ofrece el impulso de proteger tus opiniones públicamente sin importar un mínimo los comentarios de otra gente por el hecho de que no sientes vergüenza de Dios ni temor de presentarlo como tu salvador. Este fruto es aporta un beneficio para la fe y admitir las acciones divinas, apropiándose de ellas sin dudar de su certeza, si bien no logren ser percibidas.
    10. Fruto del pudor: es lo que deja al hombre ser sutil y valorar sus acciones para no caer en pecado u ofender a otra persona, eludiendo pensamientos o acciones indecentes y vulgares que logren perjudicar el alma y con esto la relación con Dios.
    11. Fruto de la Templanza o Continencia: es el que deja al hombre eludir todas y cada una aquellas acciones de lujuria o exitación terrenal, como comer, tomar y entretenerse en demasía. Este fruto contribuye a sostener en orden las acciones del hombre, sin abusar de la independencia para gozar de los bienestares terrenales que llevan a la lujuria.
    12. Fruto de la Castidad: es lo que deja al hombre ser casto y sostener su pureza en lo que se refiere a la sexualidad ahora los deseos terrenales de la carne y sus derivados. Este fruto deja una relación íntima con Dios, asegurando un corazón limpio al reflejar un santuario vivo del Espíritu Santurrón.

    – El don de la Fortaleza

    Este atributo divino tiene relación por fuerza sobrehumano que nos mantiene a fin de que tengamos la posibilidad llevar a cabo con valor lo que Dios desea de nosotros, y de esta forma poder combatir y sobrepasar las adversidades de la vida.

    En este sentido, este don nos guía y nos asiste a combatir contra el pecado, contra nuestros deseos carnales. Asimismo nos asiste a sobrepasar la furia y la timidez.

    7 comentarios en «Cuál es el fruto del don de la fortaleza»

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