La guerra, el apetito, la peste y la desaparición siempre y en todo momento fueron símbolos de los 4 jinetes del apocalipsis. Representan las desgracias y desgracias que terminan con la raza humana. Pero, ¿y si estos jinetes ahora están en nuestro ambiente?
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Muchos son los autores que han estudiado, trabajado y también investigado las causas, el origen y las peculiaridades de los inconvenientes maritales. Entre ellos, John Goodman, sicólogo estadounidense, se dedicó, adjuntado con Silver (2004), a los estudios de laboratorio para ver y estudiar a las parejas en lo que llamó (Love Lab, “Laboratorio del Amor”). Desde estos estudios estableció lo que llamó Los 4 jinetes del Apocalipsis, intentando de argumentar cuáles son los signos de accionar disfuncional que se dan en las parejas que nos reportan de sus adversidades, que tienen la posibilidad de conducir a separaciones terminantes.
El caballo negro
El tercer caballo es negro y representa la desaparición. El jinete del caballo negro es la desaparición misma, que viene a llevarse a la multitud.
El cuarto caballo es amarillo y representa a la familia. El jinete del caballo amarillo es un niño llamado Jesús, que es el hijo de Dios.
La identidad de entre los 4 jinetes del Apocalipsis todavía es objeto de enfrentamiento hasta hoy. ¿Es un símbolo de promesa o de fatalidad?
Indudablemente, el libro mucho más popular de la Biblia es el Libro del Apocalipsis por sus notas sobre el objetivo de todo el mundo. Y en estos, la participación de los 4 jinetes del Apocalipsis. No obstante, qué son y qué representan algunos conocen.
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Otras opiniones
Por otra parte, las opiniones contrarias a Ireneo de Lyon señalaban que el jinete del caballo blanco no era Jesucristo y no tenía que ver con Apocalipsis 19. Varios historiadores de el tiempo estimó que era irrealizable que Jesucristo abriese los sellos y asimismo fuera una parte de ellos.
Las interpretaciones del caballero blanco cambian según las opiniones y etnias, ya que ciertas corrientes apuntan que el jinete del caballo blanco era un anticristo y otras aseguran que se le llamaba «la peste».