De ahí que te digo: deja que el Espíritu Beato te guíe en la vida. Entonces no se van a dejar llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa. La naturaleza pecaminosa quiere realizar el mal, que es precisamente lo opuesto de lo que quiere el Espíritu.
H. Luis Ángel Trujillo Alcalá, LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santurrón. Amén.
Dios charla por medio de lo que te pasa
¿Conoces la historia del hombre que experimentó una inundación en su localidad y oró infatigablemente a Dios a fin de que lo salvara? El agua subió a una agilidad temible y este hombre subió al techo de su casa, donde prosiguió orando a Dios. Entonces llegó un hombre con una barca y se ofreció a asistirlo, pero el hombre -que verdaderamente aguardaba ver a Jesús con su túnica y prácticamente caminando sobre el agua- mencionó que no y prosiguió “aguardando la salvación” desde su techo. Al llegar al cielo, tras ahogarse, Dios le preguntó por qué razón ignoraba Su asistencia. El hombre desconcertado al final comprendió que Jesús con frecuencia emplea personas y situaciones como instrumentos de su obra y gloria.
Observad en la vida diaria las pequeñas y enormes respuestas de Dios a vuestras súplicas y pretensiones; Están ahí, deseando que los mires para agradecer y glorificar la amabilidad y elegancia de Dios.
eres alterado y también alterado
De nuevo, el Señor recomienda que pensemos en lo que es realmente fundamental en nuestra vida. Estamos en movimiento y cambiados por varias cosas. Nos encontramos muy ocupados con decenas y decenas de tareas. Mucha autoimposición. ¿Lo que verdaderamente importa?
Quizás nos encontramos llenando nuestro día de tal forma que nos falta tiempo para atender a esos por quienes debemos vivir. Debemos solicitarle al Señor que nos dé la aptitud de discernir para entender eligiendo lo que importa en el instante conveniente.
Le dimos al Señor el sitio que le corresponde
No existe nada que tengamos la posibilidad o debamos anteponer a eso que el Señor nos afirme. Por medio de Su Palabra el Señor da a comprender Su Intención para nuestras vidas. ¿De qué forma lo entenderemos si no lo oímos? Este es el quid de la cuestión.
Debemos ofrecernos tiempo para escucharlo. Y ese debe ser el más esencial de los instantes. O sea, si debemos llevar a cabo un Emprendimiento para nuestro día, para nuestra vida, el primer sitio en ese Emprendimiento lo debe ocupar la escucha del Señor.