«En 1907, los jornales ‘Boston Sunday Articulo’ y ‘The New York Times’ sorprendían con la novedad de que Duncan MacDougall, un médico irreconocible de Haverhill, Massachusetts, habría ‘probado’ que el alma humana pesa unos 21 gramos .
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A fines del siglo XIX, USA se había transformado en entre los paraísos del espiritismo y la mediumnidad. Desde el instante en que se hiciese público en 1847 la situacion de las hermanas Fox, que aseguraban haber presenciado fenómenos paranormales, ha cobrado fuerza la oportunidad de un contacto con la fallecida.
Cuestiones sin contestación
El estudio de MacDougall tenía un tamaño de exhibe minúsculo y sus desenlaces estaban por todos lados, con lo que aun en ese instante arrojó serias inquietudes sobre la iniciativa de que podría pesar el alma. Para crédito de MacDougall, aceptó que se precisaban mucho más medidas para corroborar que el alma tenía peso. Eso no sucedió, en parte por causas morales y en parte por el hecho de que los ensayos son un tanto… locos.
Un granjero en Oregón procuró replicar el ensayo de pesaje del alma con doce ovejas a inicios de la década de 2000, según el libro de Mary Roach «Spook: Science Tackles the Afterlife» (WW Norton & Co., 2005). La mayor parte ganó entre 1 y 7 onzas (30 a 200 gramos), si bien las ganancias solo duraron unos segundos antes que las ovejas volviesen a su peso original.
¿Cuánto pesa el alma? ¿Verdaderamente pesa 21 gramos?
En 1907, un médico llamado Duncan MacDougall decidió saber al fin y al cabo si el alma verdaderamente existe. Para esto realizó un ensayo con 6 moribundos que consistía en pesarlos instantes antes y tras fallecer. Él «descubrió» que estas personas, sin explicación aparente, perdieron un promedio de 21 gramos. De ahí que MacDougall lo consideraba como el peso del alma escapando del cuerpo.
¿De qué manera nació la creencia de que el alma pesa 21 gramos?
El primer tolerante de MacDougall murió el diez de abril de 1901, con una caída inmediata de la escala de 0,75 onzas (21,2 gramos). Fue desde ese instante que nació la historia de historia legendaria de que el alma pesa 21 gramos, exactamente los mismos que pierde el humano al fallecer.
No importó bastante que los próximos pacientes MacDougall perdieron distintas pesos al fallecer: uno perdió 0,5 onzas (14 gramos) 15 minutos tras dejar de respirar y otro perdió 0,5 onzas y después 1 onza (28, 3 g) un minuto después.