El rechazo a los abrazos se da en la niñez Un adulto al que no le agrada recibir abrazos o es exageradamente reluctante a recibirlos, debe ver con de qué manera era el ambiente afectivo en su familia, en su casa de niñez. ¿Creciste en un ámbito donde el cariño no era efusivo o no se probaba?
Hay una situación y sucede que a la mayor parte de la multitud le agrada recibir un óptimo abrazo. No a todos les agrada, pero a la mayor parte le chifla si el abrazo es sincero y viene de un individuo que nos desea. Yo amo eso. ¿No es TI?
Ayer me percaté por qué razón nos agradan tanto los abrazos…
El área dejaba el contacto físico
Pero aparte de ser movimientos rutinarios de amistad y cariño, el contacto físico es asimismo es una parte de las relaciones íntimas. Afirmemos que el área tolerada de contacto físico incrementa, según el nivel de privacidad que tengamos con la persona en cuestión.
A propósito: de los cinco sentidos, el tacto es el que empleamos con mucho más precaución, según para quién y cuándo.
¡Abraza a tus hijos!
El hombre precisa ofrecer y recibir abrazos de manera regular, puesto que esto va a traer enormes provecho para su salud psicológica y sensible. Abrazar significa ofrecer y recibir seguridad, empatía, calma… y es el más destacable antídoto contra la ansiedad, el agobio, la angustia, la tristeza… para probar aprecio a el resto.
¿Para qué valen los abrazos?
Según la maestra Darcia Narváez, maestra de psicología de la Facultad de Notre Dame (EEUU), abrazar es útil pues influye en el desarrollo del cuerpo humano. Primeramente, estimula el avance del nervio haragán, uno de los más importantes nervios craneales, que va desde el leño hasta la columna vertebral. Es primordial para el desempeño de las conmuevas en la edad avanzada y su poco avance puede disminuir las habilidades empáticas de la gente.
La segunda forma en que los abrazos afectan nuestro desarrollo debe ver con la producción de oxitocina. Hormona producida por los núcleos hipotalámicos, primordial por su función a lo largo del embarazo y la lactancia. La oxitocina, llamada la ‘hormona del amor’, es fundamental por su contribución al vínculo con otra gente.