Destino u propósito final Según Aristóteles, la naturaleza humana es teleológica, esto es, está orientada hacia un fin y ese propósito final es la alegría. Pero, ¿y mi vida asimismo? Una cosa es alguna, Aristóteles no creía en el destino comprendido como la vida que nos dan los dioses o las estrellas.
Recuerdo una curiosidad que brincó a las páginas conspirativas de Internet poco tras el popular atentado del 11 de septiembre: resulta que si escribes la serie de letras y números “Q33NY” en cualquier pc, y una vez que la fuente original sea transformada por la fuente «Wingdigns», que está entre el repertorio básico de cualquier procesador de artículo familiar, lo que indudablemente conseguirá es esto (adelante, pruébelo): un símbolo de avión, seguido de 2 piezas de Lego con ventanitas, mucho más una calavera y, al final, la Estrella de David, o lo que es exactamente lo mismo, según la decodificación paranoide, “avión contra 2 torres – muerte a los judíos”. Pero eso todavía no es lo destacado: lo destacado llega en el momento en que resulta que dicho código no es únicamente una serie azarosa de letras y números, sino representa nada menos que el «nombre» usual asignado por las compañías aéreas británicas. el primer avión que chocó contra la primera de las Torres Gemelas.
Carácter es destino
En su Carta sobre el Humanismo, Martin Heidegger rastrea el origen de la ética como especialidad en la academia de Platón, adjuntado con la lógica y la física, como unas partes de una principiante filosofía. En verdad, la ética ocupa un espacio preponderante en el pensamiento platónico y hace aparición con regularidad en sus diálogos. En su pieza maestra, La República, Platón fundamenta su idea política en 4 virtudes principales que terminarían siendo conocidas en la ética cristiana como virtudes cardinales: la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.
Heidegger asimismo cita un fragmento del pensador helénico Heráclito que afirma: ἦθος ἀνθρώπωι δαίμων, que generalmente en nuestro idioma sería «el carácter es el destino del hombre». Los 2 primeros términos, ethos antropoi, se traducirían como “su carácter es para el hombre”, refiriéndose de nuevo tanto a la vivienda como a las ocasiones: prácticas, historia, espíritu, entre otros muchos elementos que podrían incluirse en el término “carácter” . . . . ”.
Felicidad y hábito
Las intuiciones de Aristóteles fueron de primordial relevancia para hacer mas fuerte la Ética como especialidad en sí. En relación a la virtud, Aristóteles afirma que “es una manera de ser relativa a la decisión y la decisión es fundamentalmente un acto de apetito”. Por consiguiente, afirma Alfredo Cruz Prados, las cuestiones morales mencionan a la manera de estimar, la manera de gozar y la manera de llevar a cabo daño.
Para discernir moralmente el carácter de nuestros individuos de Shakespeare, deberemos meditar entonces en sus motivaciones y en lo que les da exitación y alegría y lo que les causa mal.
«¿Y si en realidad Aristóteles era un viajero del tiempo y conocía el destino de todos?»
¡Ja! Eso sería un argumento interesante para una película de ciencia ficción. Pero en la realidad, Aristóteles simplemente fue un filósofo y científico brillante que sentó las bases de muchas disciplinas. Siempre es divertido especular, ¡pero hay que tener cuidado con no confundir la ficción con la realidad!
¡Qué interesante artículo! Creo que el destino es una mezcla de azar y elecciones personales. ¿Qué opinan ustedes?
¡Vaya, qué interesante lo que dice Aristóteles sobre el destino! ¿Será cierto que el carácter es destino? 🤔 #ReflexionesFilosóficas
Qué interesante cómo Aristóteles relaciona el carácter con el destino. ¡Me hace reflexionar sobre nuestras decisiones! 🤔
¡Totalmente de acuerdo! Nuestras acciones y elecciones definitivamente influyen en nuestro destino. Es fascinante cómo la filosofía de Aristóteles sigue siendo relevante hoy en día. ¡Gracias por compartir tu reflexión!
¡Vaya! Aristóteles y su visión del destino siempre me hacen reflexionar. ¿Alguien más se siente así?
¡Qué interesante artículo! Me encantaría saber si Aristóteles creía en los viajes en el tiempo.