30 En lo que se refiere a Dios, especial es su sendero; Bachrysolated es la palabra de Jehová, un escudo para todos y cada uno de los que procuran cobijo en él. 31 Pues ¿quién es Dios sino más bien solo Jehová? ¿Y quién es una roca sino más bien nuestro Dios?
En lo que se refiere a Dios, especial es su sendero, y refinada la palabra de Jehová; Escudo es para todos y cada uno de los que en El aguardan. – Salmo 18:30
Versículo:
En lo que se refiere a Dios, especial es su sendero, y afinada la palabra del Señor; El escudo es para todos los que aguardan en él. Pues ¿quién es Dios sino más bien solo Jehová? ¿Y qué roca hay aparte de nuestro Dios? Dios es quien me ajusta de poder y hace especial mi sendero. (Salmo 18:30-32)
No hay nada superior que caminar bajo la palabra y intención del Señor, pues sus expresiones son probadas, nada de lo que asegura se pierde en el tiempo, siempre y en todo momento abre puertas donde hay ninguna persona para bendecir a sus hijos, para demostrar que es poderoso y también interminablemente mucho más especial de lo que tenemos la posibilidad de meditar o imaginar.
Don de Fe
El don de fe es un don espiritual dado por el Espíritu Santurrón que deja a la gente tener una creencia profunda y segura en Dios y sus promesas. Este don otorga una seguridad inexorable de la presencia, el poder y el cariño de Dios por nosotros, capacitando a la gente para confiar en Él en la mitad de las pruebas y adversidades. La fe es un aspecto fundamental de la vida cristiana, en tanto que deja a la gente tener una relación personal con Dios y presenciar su transformación. La Biblia afirma que la fe viene de Dios y es un obsequio gratis que se nos ofrece en el momento en que admitimos a Jesús como nuestro Salvador.
El don de sanidad pertence a los dones del Espíritu Santurrón nombrados en la Biblia. Este don deja que un fiel en Cristo sane a los enfermos y sane a los que padecen de enfermedades físicas y/o sentimentales. La sanidad es una manifestación del poder y la felicidad de Dios en la vida de un individuo. En la Biblia, observamos varios ejemplos de curaciones prodigiosas efectuadas por Jesús y sus acólitos, y estos milagros se ven como una señal de la presencia y el poder de Dios en el planeta.