Hace contracturas, dolores musculares y de cabeza. La respiración se hace más rápido, lo que provoca que el corazón lata mucho más fuerte. Incrementa el peligro de sufrir ciertas patologías como gastritis, colitis y dermatitis.
Posiblemente los mires en el trabajo, entre ciertos de tus amigos e inclusive en exactamente la misma familia. Son esos seres que semejan estar siempre y en todo momento peleando contra todo y que, frente a la menor crítica, reaccionan con tal íra que semejan reventar.
Cabe apuntar, no obstante, que la furia es una emoción humana totalmente habitual y normalmente sana. Pero en el momento en que pierdes el control o vives en algo incómodo incesante, la emoción es destructora y tóxica. En especial tratándose de pensamientos de venganza, resentimiento y odio. Lo que, con el tiempo, va a traer inconvenientes en el trabajo, en las relaciones personales y en la calidad de vida. Aparte de hacerte sentir a la merced de una emoción impredecible y vigorosa.
El cerebro enojado desea tener razón
En el momento en que la gente son jóvenes, la furia es mucho más fuerte y también intensa que tras los 35 o 40 años, en el momento en que el sentimiento es mucho más selectivo y controlado en un menor período temporal.
El peor instante para solicitarle a alguien que se calme es en el momento en que está enojado, en verdad, es un fallo decir “cálmate” por el hecho de que te enoja mucho más. «Un cerebro enojado desea tener razón y desea que le comenten que lleva razón».
¿De qué manera lidiar con la furia?
Según la experto en psicología clínica y de la salud, Verónica Vázquez Ruan, el enfado es una emoción subjetiva, por consiguiente, cada individuo debe llevar a cabo un análisis para comprender de qué forma lo vive.
“Deberían estimar cuáles son sus desencadenantes, qué provoca que esa persona se enfurezca mucho más. La furia tiene como propósito poner límites, es en el momento en que me percato de que algo es injusto conmigo o que daña mi integridad o confort. Conoce, asimismo, la manera en que actúa en tu cuerpo, qué pensamientos crea, qué hábitos manifiesta. La furia es furia, pero su intensidad cambiará en dependencia de de qué forma un individuo produzca este género de distorsión cognitiva.