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Qué es mejor el dinero o la felicidad

    Tener dinero ayuda sensiblemente a la sensación de confort. Pero alén de ese punto, mucho más dinero no significa siempre un individuo mucho más feliz. No obstante, con un gasto consciente y preciso, el dinero puede obtener mucha felicidad.

    El lujo del tiempo

    Al final, hay un nuevo ingrediente en esta ecuación que cada día cobra mucho más valor. Ya iba siendo hora, que para bastantes es el auténtico lujo del siglo XXI. En una sociedad donde paseamos a un ritmo frenético, con mil y una cosas que llevar a cabo cada día, el momento de libertad hace aparición como ese sueño irrealizable.

    Tener tiempo para uno mismo, la familia y los amigos es un exitación que el día de hoy se valora mucho más que antes. El inconveniente de este bien de gran lujo es que es imposible obtener con dinero. Además de esto, son los que mucho más dinero tienen y los que menos aprovechan su momento de libertad, en tanto que siempre y en todo momento están muy ocupados. De ahí que, las considerables fortunas saborean sus instantes de ocio como los mucho más sagrados.

    Los cinco escenarios de la pirámide son:

    1. Pretensiones básicas o fisiológicas: son aquellas inherentes a toda persona, básicas para la supervivencia del sujeto. Respirar, comer, hidratarse, vestirse, etcétera.
    2. Pretensiones de seguridad: seguridad física (salud), seguridad económica (capital), vivienda, etcétera.
    3. Pretensiones sociales: están similares con el sentimiento de pertenencia y el avance del aprecio (familia, amigos, pareja, compañeros de trabajo, etcétera.).
    4. Pretensiones de cree o reconocimiento: seguridad, autorreconocimiento, reputación, éxito.
    5. Pretensiones de autorrealización: este es el nivel mucho más prominente y unicamente se puede conseguir en el momento en que todas las otras pretensiones están cumplidas. En esta etapa, el sujeto busca su desarrollo personal, por medio de la ética y la imaginación, y libre de prejuicios.

    Si bien el enfoque de Maslow todavía está que se encuentra en los libros de artículo de psicología, el instructor señaló que “hay teóricos que estiman que se quedó corto, pues frecuentemente las motivaciones que contamos en la vida no siempre prosiguen la jerarquía que él ha propuesto. .

    No te obsesiones con el dinero

    ¿Te duele gastar tu dinero si bien sea en cosas esenciales? Aun personas como Bill Gates podrían estimar no gastar bastante dinero y seleccionar, por servirnos de un ejemplo, vuelos en clase económica en vez de primera clase.

    El inconveniente con este enfoque de no estimar gastar dinero es que se pierde toda la esencia de ganarlo.

    Enseña a tus hijos a ser contentos, no ricos. En el momento en que medren comprenderán el valor de las cosas, no el valor

    No sé si te pasó lo mismo, pero al momento la ecuación no funcionó (de ahí que comencé a redactar sobre eso) ). Creo firmemente que en la vida hay mucho más de un pilar que mantiene nuestra felicidad y todos son del mismo modo esenciales.

    Piensa que tu vida está sobre una silla de 4 patas, donde todas ellas representa un campo del que dependes para tu ideal y conveniente avance:

    El valor de lo que no posee precio

    Pero quizás no sea preciso que un personal shopper nos oriente sobre qué recursos o servicios debemos conseguir de nuestros capital para proseguir continuando en concepto de felicidad. Puede ser cualquier cosa menos complejo, y en verdad lo es. Tanto personalmente como en lo profesional, el citado físico Alejandro Cencerrado aseveró que, sobre cierto nivel de capital, “ganar mucho más no te hace mucho más feliz y eso se aprecia en todos y cada uno de los datos compendiados y en todos y cada uno de los proyectos del Centro (de Felicidade de Copenhague) Pienso que en ese sentido la ciencia de la alegría es clarísima: si eres rico, el dinero no te va a hacer mucho más feliz, si eres pobre, sí.»

    A título personal, Cencerrado anotó su períodico de nivel de felicidad a lo largo de los últimos dieciocho años, de ahí salió la base y la iniciativa que entonces dio origen al libro que termina de difundir en Destino, su Defensa de la Infelicidad.Entonces, bajó las papeletas y también logró la comparación para revisar, asimismo en carne propia, lo que afirmaban los datos que manipulaban en su trabajo: no había relación entre los días con mejor puntuación en lo que se refiere a felicidad y esos en los que habían gastado mucho más dinero. Pues una cosa es requerir dinero para el dentista ‒y no poseerlo trae mucha infelicidad‒ y otra cosa es ser en concepto de capital en los que todo o prácticamente todo cuanto adquieres entra en un lote mucho más superficial.

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