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Qué nos dice Apocalipsis 18

    Apocalipsis 18. ¿Son exhortados los beatos a salir de Babilonia para no formar parte de sus errores? Babilonia cae y sus fieles la lloran. 1 Y tras estas cosas vi otro ángel que descendía del cielo, teniendo enorme poder; y la tierra fue iluminada con su gloria.

    pregunta adios.

    La Babilonia citada en Apocalipsis capítulo 14;8 RVC está precisamente etiquetada como una localidad, y en el capítulo 18:1 y 2 semeja ser una humillación sistemática de las santas expresiones de Dios.

    Apocalipsis 18:6

    “Denle como ella les dio, y paguenle el doble de conformidad con sus proyectos; en el vaso mezcló la bebida, revuelva el doble para ella.

    ¿A quién se dirige esta señal?: «Denle como ella les dio a ustedes…» Por supuesto, se dirige a los integrantes del pueblo que han logrado salir de Babilonia, puesto que este orden divino es encontrado en ese contexto. En este momento nos importa entender exactamente en qué radica la «doble copa» que debemos ofrecer a Babilonia. El vino amargo que ha listo Babilonia y que forma el vino de muerte y perdición no es otro que el vino citado en Apocalipsis 14:8 y proclamado como «el vino de la furia de su fornicación». Es muy evidente que no nos equivocaremos al decir que «el vino de la furia de su fornicación» es el vino de la fe mucho más las proyectos que Roma dió de tomar —durante la historia— a todas y cada una de las confesiones religiosas, y eso incluye Protestantismo. El orden celestial es: «Dadle una doble porción del vino lícito», que es lo que la aniquila. Se comprende que la orden resulta de equiparar el vino que da con el vino legítimo, tal es así que el vino legítimo sirve de amargura en frente de su panorama. ¿Qué aniquila al hereje sino más bien la realidad? Nos encontramos en clara obediencia a Dios, dándole una doble porción del vino legítimo que digerirá. ¿Por qué razón esto ocasionaría indigestión? Pues revela, encuentra y condena. La revela como la ramera, la erige en contrincante de Dios y la condena en la sentencia judicial, pues cualquier persona que comparezca frente Dios sin depender de Cristo va a ser culpado.

    Se efectuarán enormes milagros

    Curación de enfermos y señales y prodigios van a acompañar a los fieles. Dios cooperará con la obra, y todos y cada uno de los beatos, sin miedo a las secuelas, obedecerán a la convicción de su conciencia. Esta leyenda acabará con considerablemente más fuerza y ​​vigor que el lamento de medianoche.

    Los siervos de Dios, dotados del poder del cielo, con la cara iluminado y resplandeciente de santa consagración, van a salir a proclamar el mensaje celestial. Bastante gente de todas y cada una de las congregaciones religiosas admitirán la convidación, huyendo de las iglesias condenadas, como Lot escapó de Sodoma antes que fuera destruida.

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