Uno puede opinar que hallarse con alguien múltiples ocasiones es una señal de que hay algo en lo que trabajar, o sencillamente decir: «Si vive en el vecindario, evidentemente que lo hallaré». Una coincidencia tiene valor en la medida en que tú la asignas.
¿Amas a tu pareja, pero en ocasiones alguien mucho más ocupa tus pensamientos?
El cariño pertence a los temas que mucho más se charla, el que mucho más nos importa, pero es el que menos entendemos. Muchos son los elementos que intervienen o condicionan su avance y desempeño: patrones culturales, tabúes, ideas preconcebidas, mensajes académicos, tendencias, temporadas… De ahí que es bien difícil argumentar precisamente de qué forma se produce y de dónde procede.
Conclusión
Para terminar, Albert Einstein mencionó que la vida misma es una extraordinaria coincidencia. No obstante, entender vivirlo de la mejor forma necesita intención estable y entender estar receptivos por medio de una actitud mental efectiva y esperanzadora. Apliquemos ya que esta visión personal, no ignoremos ni demos la espalda a todas y cada una de las opciones que gravitan a lo que nos rodea cada día.
¿CÓMO ACCEDO A SYNCHRONICITY?
Bastante gente no tienen la capacidad de percibir su lado mucho más deducible. La indecisión sobre el futuro les hace detallar en todo instante mecanismos de control que les previenen admitir las señales que se muestran cada día en sus vidas. En verdad, tienen tanto temor de desviarse de sus estándares establecidos que la sola iniciativa de proseguir otros caminos entra en enfrentamiento con sus recias construcciones mentales.
Este ha de ser, entonces, el paso inicial para entrar a la sincronicidad en nuestras vidas:
Todo tiene una razón…
¿Te acerca la vida a un individuo con con quien tenéis tanto en común que les resulta irrealizable…? ¿Ocasión? No lo creo…
El viernes cenamos con un amigo fantástico, de aquellas personas que te dan la vida de improviso. Olga es una de aquellas personas que es todo energía y vitalidad. Una de esas realmente pocas personas con las que comienzas a charlar y sientes una conexión particular.
La sincronicidad puede ser una «al azar» pero el destino tiene señales y hay que estar atento para verlas. ¿Al azar, coincidencia o destino?
¿Recuerdas como más de una vez pensaste o soñaste con alguien y de súbito sonó el teléfono y era ella? O aquella vez que ibas caminando pensando en algún número y de pronto te das la vuelta y ves el número de una vivienda… La lista de ejemplos puede ser colosal, conque debes pensar sobre tus propias sincronicidades.