La herencia del autismo de progenitores a hijos está relacionada con variaciones genéticas extrañas. Estudiosos españoles forman parte en una investigación en todo el mundo que identifica múltiples variaciones genéticas similares con el autismo. Estas ediciones describen un nuevo panorama genético para el fantasma del autismo.
Se conoce ya hace décadas que el autismo perjudica a toda la familia. Los progenitores biológicos fueron incluidos en diversos estudios para investigar de dónde surgen las mutaciones genéticas, siempre y en todo momento con la intención de entender a la persona con autismo. Este año, la encuesta se centró en las familias de personas con autismo, singularmente en los hermanos. La meta de estos estudios es entender la naturaleza genética y biológica del autismo para lograr ofrecer asistencia no solo a la gente con TEA, sino más bien asimismo a otros integrantes de su familia.
Varios estudios se han basado en lo que se conoce como el “fenotipo extendido” del autismo, explorado antes en progenitores biológicos. El fenotipo extendido tiene relación a ciertas especificaciones del autismo, incluyendo las similares con las conmuevas, el lenguaje y las capacidades sociales, pero que incumplen con todos y cada uno de los requisitos para un diagnóstico de trastorno del fantasma autista. En cambio, se mencionó que era «autismo intermedio» o «algo de autismo». Joe Piven y James Harris propusieron la hipótesis este año de que Bruno Bettleheim ha podido haber tergiversado estos aspectos en sepa de una auténtica entendimiento del autismo, lo que llevó a su teoría de la «mamá refrigeradora». Los médicos han instado a los científicos a conocer estos síntomas de una forma que no cree una exclusiva categoría de diagnóstico, sabiendo algunos aspectos de lenguaje, personalidad y sociales en los integrantes de la familia que son vitales para detectar la biología subyacente.
Componentes ambientales socios con el autismo
La nutrición materna y la inflamación a lo largo de la preconcepción y el embarazo influyen en el avance neurológico fetal. La restricción del desarrollo intrauterino se asocia con TEA, tanto en bebés a término como prematuros. Las patologías inflamatorias y autoinmunes maternas tienen la posibilidad de dañar los tejidos fetales, exacerbando un inconveniente genético o dañando el sistema inquieto.
La exposición a la polución del aire a lo largo del embarazo, en especial metales pesados y partículas, puede acrecentar el peligro de autismo. Los causantes ambientales que se aseguró sin prueba que contribuyen o exacerban el autismo tienen dentro algunos alimentos, patologías infecciosas, soluciones, PCB, ftalatos y fenoles empleados en artículos plásticos, pesticidas, retardantes de llama bromados, alcohol, tabaco, drogas ilegales, vacunas y agobio prenatal. entre los primordiales.